La vida en el internado
Contexto
Desde sus inicios las escuelas normalistas se fueron configurando a partir de las ideas que emergieron de las corrientes que las lideran. La influencia en la doctrina francesa y la posterior pedagogía alemana fueron permeando desde el currículum hasta la vida en el internado. Así mismo, la variedad de actividades a las que podían tener acceso las y los estudiantes, se fue diversificando junto con lo enseñado en las aulas.
La vida de las normalistas con las religiosas del Sagrado Corazón estaba dada por la rigurosidad y el deber “[e]ducar a las niñas en la piedad. La idea era lograr que sus alumnas la aceptasen como parte de su personalidad y enfrentasen sus vidas con los valores católicos. La fidelidad al deber, la sumisión a las autoridades, rectitud y lealtad serían parte fundamental en lo que fue la educación en la Escuela Normal de Preceptoras” (Peña, 2000, p. 85). El carácter religioso se manifestaba de manera tácita en las tareas y actividades a las que estaban sujetas las y los estudiantes. Las actividades académicas fueron suspendidas por festividades religiosas, días para comulgar o confesarse. Así también, al partir su jornada a las cinco de la madrugada “los alumnos ejecutarán diariamente algún acto relijioso al levantarse i al tiempo de recojerse a sus dormitorios” (Supremo Gobierno, 1863, p. 17).
Además, se manifiesta en diversos momentos una clara distinción y rigurosidad entre los espacios públicos y privados. En cuanto al mundo exterior se pensaba que “[t]odo contacto con el exterior tenía que ser rigurosamente observado y en lo posible evitado. La clausura, ‘Lugar heterogéneo a todo lo demás y centrado en sí mismo’, era parte de la vida cotidiana de las alumnas. Estaban cerradas al espacio público y obligadas a mantenerse ahí por largos períodos” (Peña, 2000, p. 86). Al mismo tiempo, en el mundo más privado o al interior de las Escuelas Normalistas existía un claro discurso de “justificar el régimen de Internado, entre los cuales se destaca la necesidad de aplicar esta modalidad «intensiva» de control, especialmente por el origen social de los estudiantes normalistas” (Cox y Gysling, 1990, pág. 38).
¿Quieres saber más?
Más información
Ver más keyboard_arrow_downLa distribución del tiempo en el internado era algo que estaba dado de manera explícita en los reglamentos. Tal como se plantea en el Reglamento para la Escuela Normal de Preceptores (1896), se destinaban momentos del día para el aseo, con turnos fijados por el inspector y la policía de departamento. Así también, podían recibir visitas los días de fiesta con previo permiso del director y tener salidas esporádicas en fechas relevantes para la nación, eso sí, a este beneficio solo podían optar quienes tuvieran familiares en Santiago.
Puedes conocer testimonios e información de la vida cotidiana de las normalistas en el libro “Educación: improntas de mujer” https://www.museodelaeducacion.gob.cl/sites/www.museodelaeducacion.gob.cl/files/images/articles-25894_archivo_02.pdf y en el libro “Actividades femeninas”, esta última obra publicada con motivo del cincuentenario del decreto que concedió a la mujer chilena el derecho de validar sus exámenes secundarios http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-126684.html
Referencias Bibliográficas
Cox, G. y Gysling, J. (1990). La formación del profesorado en Chile : 1842 – 1987. Santiago, Chile: CIDE.
Memoria Chilena. (s. f.). Escuelas Normales en Chile (1842-1974). Recuperado de https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-100627.html
Peña, M. (2000) Hijas Amadas de la Patria (Tesis de Licenciatura). Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.
Galería
Lentes Morados
En el libro La formación del profesorado en Chile (1842-1987) de C. Cox y J. Gysling (1990), nos presentan estos dos extractos, que nos invitan a reflexionar sobre la mirada masculina de la formación del profesorado femenino. Ver específicamente en la página 40. Para realizar esta reflexión apóyate en la siguiente pregunta: ¿Cuál es el peso del discurso masculino de la época en las decisiones de la formación de las mujeres? ¿Qué se mantiene y cambia en el discurso de hoy?
La normal femenina funcionó bajo la dirección de las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, quienes la tuvieron a su cargo hasta el año 1885. La decisión de dejar la dirección de la formación de las profesoras del Estado en manos de religiosas fue una fórmula de compromiso tranquilizadora para los grupos conservadores que se oponían a la creación de esta normal femenina. Estos la impugnaban bajo el principio de que las mujeres dependían en su carácter y moralidad de su marido, lo cual hacía muy vulnerable su formación.
- Un senador conservador defendía así la mantención del profesorado femenino tal como se encontraba entonces «En la actualidad se eligen mujeres de buenas costumbres, por lo regular viudas que han vivido algunos años en la sociedad i que tienen por consiguiente alguna experiencia; si esas mujeres se ponen después viciosas, de malas costumbres, con despedidas de la enseñanza está todo concluido, pero que el fisco vaya ahora a hacer gastos en formar preceptoras que vayan a presidir escuelas con tantos peligros… esto es, señor, lo que me choca» Citado en Luis Celis «Evolución de la Carrera de pedagogía en el país. Visión histórico-social». En: Cuadernos del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas. N° 25 jul-dic. 1985, (p. 14).
- Por su parte Miguel Luis Amunátegui, defensor e impulsor de la enseñanza normal para mujeres, atribuía un especial valor al profesorado femenino. En sus palabras: «La mujer es el mejor de los maestros. Nadie conoce más bien el Idioma del niño que aquella que lo ha llevado en su vientre, que lo ha arrullado en sus brazos, que lo ha velado sobre la cuna en que dormía, que lo ha cuidado mientras estaba despierto, que se ha llevado con él a todas horas. El conocimiento práctico que la mujer tiene de la infancia, hace que ella sea el más sabio de los preceptores, la suavidad de su carácter hace que sea también el más querido» Citado en Miguel Luis Amunátegui, ‘La Educación popular Citado en Montecinos Rafael y Vera, Héctor ‘El pensamiento pedagógico de Domingo Faustino Sarmiento y Miguel Luis Amunátegui’ Tesis para optar al título de profesor de Estado en Educación. U de Chile. Facultad de Filosofía y Educación 1965.